Parte 1: Inicio del sentimental

Pretende llamarse requisito en una sociedad futurista y consumista a un simple y menos importante cognitivismo de un sencillo sentimiento afanado en encontrar la reciprocidad, de todos modos les diré de lo que hablo, si el lector aún no capta la atención suficiente como para intuir que es un desasosiego llamado amor.
La mayoría de personas pretende ser amada y todo el esfuerzo esta orientado a atraer a alguien que la ame dispuesto a satisfacer su necesidad de afecto, sin tener en cuenta la propia capacidad de manejar este sentimiento; no obstante el ser es torpe, tosco, actuamos por instinto, la exaltación del ansío por querer poseerlo gana a la buena coherencia, y obviamos la prioridad de comprender adecuadamente las respuestas a la cuestión como: ¿Porqué se da esto? ¿Cómo me beneficiara? ¿Cuándo debo decidir que es la determinación cabal para ese contexto ? ¿Es que acaso es abundante el número de pretendientes para esta intrínseca relación interpersonal? Estamos inmersos en una sociedad donde todo se compra y se vendé para ser usado. La línea divisoria entre objeto y persona ya no es tan nítida como solía serlo cuando no se pluralizaba la acción de gastar. Por ende la triste verdad, y, aclaro que no creo estar haciendo un descubrimiento reciente, sino, incluso empero que esta conclusión ya se allá resuelto solo que por muy clara que este queramos cegarlos para seguir felices y satisfechos sin importar el perjuicio que hace a los otros (entiéndase como colectividad ) e incluso y más importante a uno mismo.
No podría hablar de esto en soló una lectura, llena de grafemas que intentar parecer argumentos obvios que sólo forman falacias y conflictos que hace mucho ya teníamos. Así que diré: la necesidad está dada, el anhelo esta cumplido, la realidad esta actuada, las relaciones están más que subestimadas, las características del sentimiento amor son esas. Pensamiento personal: deseo poder conocer a alguien analista (recalco, no como yo, incluso preferentemente sin precedente alguno de similarismo) el cual entienda mis objetivos y yo los suyos, reciprocidad es pues el lexema de esta lectura; quiera o no tendré que hacer e daño, tendré que hacer daño, u así empíricamente aprenderé a estar un paso más adelante en la búsqueda insaciable del equilibrio emocional, todo para encontrar un ente próspero. Amor: lo necesitas, te necesita, tómalo.